ORACIÓN de Jesús , hijo de Sirac. Te glorificaré, ¡oh Señor y rey!; a ti alabaré, ¡oh Dios salvador mío! 2 Gracias tributaré a tu Nombre, porque tú has sido mi auxiliador y mi protector; 3 y has librado mi cuerpo de la perdición, y del lazo de la lengua maligna, y de los labios que urden la mentira; y delante de mis acusadores te has manifestado mi defensor. 4 Y por tu gran misericordia, de la cual tomas nombre, me has librado de los leones que rugían, ya prontos a devorarme; 5 de las manos de aquellos que buscaban cómo quitarme la vida, y del tropel de diversas tribulaciones que me cercaron; 6 de la violencia de las llamas entre las cuales me vi encerrado, y así es que en medio del fuego no fui abrasado; 7 del profundo seno del infierno o sepulcro, y de los labios impuros, y del falso testimonio, de un rey inicuo, y de la lengua injusta. 8 Mi alma alabará al Señor hasta la muerte. 9 Pues mi vida estuvo a punto de caer en el infierno. 10 Me cercaron por todas partes, y no había quien me prestase socorro; volvía los ojos en busca del amparo de los hombres; pero tal amparo no parecía. 11 Me acordé, ¡oh Señor!, de tu misericordia, y de tu modo de obrar desde el principio del mundo; 12 y de cómo salvas, Señor, a los que en ti esperan con paciencia, y los libras de las naciones enemigas. 13 Tú ensalzaste mi casa o morada sobre la tierra, y yo te supliqué que me librases de la muerte, que todo lo disuelve. 14 Invoqué al Señor, padre de mi Señor, que no me desamparase en el tiempo de mi tribulación, y mientras dominaren los soberbios. 15 Alabaré sin cesar tu santo Nombre, y lo celebraré con acciones de gracias; pues fue oída mi oración, 16 y me libraste de la perdición, y me sacaste a salvo en el tiempo calamitoso. 17 Por tanto te glorificaré, y te cantaré alabanzas y bendeciré eternamente el Nombre del Señor.

18 Siendo yo todavía mozo, antes que anduviese errante, hice profesión de buscar la sabiduría con mis oraciones. 19 Yo la estaba pidiendo en el atrio del templo, me dije a mí mismo: La buscaré hasta mi último aliento. Ella brotó en mí su flor desde luego, como la uva temprana. 20 Se regocijó con ella mi corazón; mis pies tomaron el camino recto; desde mi juventud iba yo en seguimiento de ella. 21 Apliqué un tanto mi oído, y la percibí; 22 y acopié mucha sabiduría en mi mente, e hice en ella muchos progresos. 23 A aquel que me dio la sabiduría tributaré yo la gloria. 24 Me resolví, pues, a ponerla en práctica; fui celoso del bien, y no me avergonzaré. 25 Por ella ha combatido mi alma, me mantengo constante en seguirla. 26 Levanté mis manos a lo alto pidiéndole a Dios, y deploré la necedad y tinieblas de mi alma. 27 Hacia ella enderecé el alma mía; y conociéndome a mí, la hallé. 28 Con ella desde luego fui dueño de mi corazón, y adquirí cordur,: por lo que no seré abandonado del Señor. 29 Acongojado anduvo mi corazón en busca de ella; por lo tanto gozaré de esta rica herencia. 30 Me dio el Señor en recompensa una lengua elocuente, y con ella lo alabaré. 31 Acercaos a mí ¡oh ignorantes!, y reuníos en la casa de la enseñanza. 32 ¿Por qué os detenéis todavía? ¿Y qué respondéis a esto, estando vuestras almas ardiendo de sed?" 33 Abrí mi boca para convidaros, y os dije: Venid a comprarla sin dinero,"

34 y someted a su yugo vuestro cuello, y reciba vuestra alma la instrucción, pues fácil es encontrarla." 35 Mirad con vuestros ojos lo poco que me he fatigado, y cómo he adquirido mucho descanso." 36 Recibid la enseñanza como un gran caudal de plata, y poseeréis con ellas bienes preferibles a un inmenso tesoro de oro." 37 Consuélese vuestra alma en la misericordia de Dios; y alabándole a él, nunca quedaréis confundidos."

38 Haced lo que debéis hacer antes que el tiempo pase; y él os dará a su tiempo vuestra recompensa."
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas