Sagrada Biblia (Torres Amat)
Sirácides Capítulo 15
L que teme a Dios hará buenas obras; y quien observa exactamente la justicia, poseerá la sabiduría;
porque ella le saldrá al encuentro cual madre respetable, y cual virgen desposada lo recibirá.
Lo alimentará con pan de vida y de inteligencia, y le dará a beber el agua de ciencia saludable, y fijará en él su morada, y él le será constante.
Y la sabiduría será su sostén, y no se verá jamás confundido, sino que será ensalzado entre sus hermanos,
y en medio de la comunidad le abrirá la boca, llenándolo del espíritu de sabiduría y de inteligencia, y revistiéndole de un manto que lo cubrirá de gloria.
Le colmará de consuelo y alegría, y le dará en herencia un eterno renombre.
Los hombres necios nunca la lograrán; mas los prudentes saldrán a su encuentro. No la verán los necios, porque está lejos de la soberbia y de la mentira.
Los hombres mentirosos no se acordarán de ella; mas los veraces conversarán con ella, y andarán de bien en mejor hasta que vean la cara de Dios.
No está bien la alabanza de ella en la boca del pecador,
porque Dios es la sabiduría, y con la sabiduría anda acompañada la alabanza de Dios; y rebosará en los labios del hombre fiel, y el Señor soberano se la infundirá.
No digas: En Dios consiste que la sabiduría se esté lejos de mí; no hagas tú lo que él aborrece, y la tendrás.
Tampoco digas: El me ha inducido al error; pues no necesita él que haya hombres impíos.
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Aborrece el Señor toda maldad, la cual no puede ser amada de aquellos que lo temen.
Creó Dios desde el principio al hombre, y le dejó en manos de su consejo.
Le dio además sus mandamientos y preceptos.
Si guardando constantemente la fidelidad que le agrada, quisieres cumplir los mandamientos, ellos serán tu salvación.
Ha puesto delante de ti el agua y el fuego; extiende tu mano a lo que más te agrade.
Delante del hombre están la vida y la muerte, el bien y el mal; lo que escogiere le será dado.
Porque la sabiduría de Dios es grande, y su poder fuerte e irresistible; y está mirando a todos sin cesar.
Tiene puestos el Señor sus ojos sobre los que le temen, y él observa todas las acciones de los hombres.
A nadie ha mandado obrar impíamente, y a nadie ha dado un tiempo o permiso para pecar.
Porque no le es grato a él el tener muchos hijos desleales e inútiles.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Referencia
Ilustración
Atlas