CÁNTICO gradual. Acuérdate de David, ¡oh Señor!, y de toda su gran mansedumbre; 2 de cómo juró al Señor, e hizo voto al Dios de Jacob , diciendo: 3 No me meteré yo al abrigo de mi casa; no subiré a reposar en mi lecho;

4 no pegaré mis ojos, ni cerraré mis párpados. 5 ni reclinaré mis sienes hasta que tenga una habitación para el Señor, un Tabernáculo para el Dios de Jacob .

6 Nosotros hemos oído que su morada estaba antes en Silo, tierra de Efrata: la hallamos después en Cariatiarim o Campos de la Selva. 7 Entraremos, pues, en su pabellón, adoraremos la peana de sus pies, y le diremos: 8 ¡Oh Señor!, levántate, y ven al lugar de tu morada, tú y el arca en que brilla tu santidad.

9 Que se revistan de justicia o santidad tus sacerdotes, y se regocijen tus santos.

10 Por amor de David, siervo tuyo, no apartes tu rostro de tu ungido. 11 Juró el Señor a David esta promesa, que no se retractará: Colocaré sobre tu trono a tu descendencia.

12 Con tal que tus hijos sean fieles a mi alianza y a los preceptos que yo les enseñaré, aun los hijos de éstos ocuparán tu trono a tu descendencia. 13 Porque el Señor ha escogido para sí a Sión, la ha elegido para habitación suya, diciendo: 14 Este es para siempre el lugar de mi reposo; aquí habitaré porque éste es el sitio que me he escogido. 15 Colmaré de bendiciones a sus viudas; hartaré de pan a sus pobres. 16 Revestiré a sus sacerdotes de santidad; y sus santos o fieles siervos saltarán de júbilo. 17 Aquí haré florecer el cetro de David; preparada tengo una antorcha a mi ungido.

18 A sus enemigos los cubriré de oprobio; mas en él brillará la gloria de mi propia santidad.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas