PERO Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomando los incensarios, pusieron en ellos fuego e incienso encima, ofreciendo ante el Señor fuego extraño, lo cual les estaba vedado.

2 Por lo que un fuego venido del Señor les quitó la vida, y murieron en presencia del Señor. 3 Dijo entonces Moisés a Aarón: Esto es lo que tiene dicho el Señor: Yo haré conocer mi santidad en los que se llegan a mí, y a vista de todo el pueblo seré glorificado. Lo que oyendo Aarón, no habló palabra. 4 Moisés llamando a Misael y Elisafán, hijos de Oziel, tío paterno de Aarón, les dijo: Id y sacad a vuestros hermanos de delante del santuario, y llevadlos fuera de los campamentos. 5 Ellos fueron al instante, y cogiéndolos vestidos como estaban con las túnicas de lino, los sacaron fuera, conforme les era mandado.

6 Moisés entonces dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: No descubráis vuestras cabezas, ni rasguéis vuestras vestiduras en señal de duelo; no sea que muráis vosotros, y el castigo se extienda a todo el pueblo. Vuestros hermanos y toda la casa de Israel hagan duelo por el incendio que ha suscitado el Señor; 7 mas vosotros no habéis de salir de la puerta del Tabernáculo, si no queréis perecer; por cuanto está sobre vosotros el óleo de la unción santa. Los cuales lo hicieron todo conforme al precepto de Moisés.

8 Además de esto, dijo el Señor a Aarón: 9 Ni tú ni tus hijos bebáis vino, ni bebida que pueda embriagar, cuando entréis en el Tabernáculo del Testimonio, so pena de muerte; así por ser esto un precepto perpetuo para vuestra posteridad, 10 como para que tengáis conocimiento para discernir entre lo santo y lo profano, entre lo impuro y lo puro, 11 y enseñéis a los hijos de Israel todas mis leyes, las cuales yo no les he intimado por medio de Moisés.

12 Dijo entonces Moisés a Aarón y a Eleazar e Itamar, que eran los hijos que habían quedado a éste: Tomad lo que resta de la ofrenda del sacrificio del Señor y comedlo sin levadura junto al altar, por ser cosa santísima. 13 Lo habéis de comer en lugar santo, como dado a ti y a tus hijos de las ofrendas del Señor, según se me ha ordenado. 14 De la misma suerte tú y tus hijos, y tus hijas contigo, comeréis en un lugar perfectamente limpio el pecho que fue ofrecido y la espalda que fue separada; pues para ti y para tus hijos son reservadas estas porciones de las víctimas pacíficas de los hijos de Israel, 15 por cuanto al tiempo de quemar los sebos en el altar elevaron la espalda y el pecho ante el Señor, y te tocan a ti y a tus hijos, por ley perpetua, conforme a la disposición del Señor.

16 Entretanto Moisés, inquiriendo acerca del macho cabrío ofrecido por el pecado del pueblo, le halló enteramente quemado. Por lo que irritado contra los dos hijos de Aarón, Eleazar e Itamar, que quedaron vivos, dijo:

17 ¿Por qué no habéis comido en el lugar santo la víctima por el pecado, víctima cuya carne es sacrosanta, y que se os ha dado a vosotros, a fin de que cargándoos sobre vosotros la iniquidad del pueblo, roguéis por él en el acatamiento del Señor, 18 sobre todo no habiendo sido introducida su sangre en el Santuario, y debiendo vosotros comer la víctima en él, como me ha sido mandado? 19 Respondió Aarón: En este día se ha ofrecido ante el Señor la víctima por el pecado y también el holocausto; mas a mí me ha sucedido lo que ves. ¿Cómo, pues, me era posible comerla, y agradar al Señor en tales ceremonias, teniendo yo el corazón cubierto de luto? 20 Lo que oído por Moisés, se dio por satisfecho.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
Comentario
Referencia
Ilustración
Atlas