Y me condujo el ángel a la puerta del atrio exterior que miraba al oriente. 2 Y he aquí que la gloria del Dios de Israel entraba por la puerta del oriente, y el estruendo que ella causaba era como el estruendo de una gran mole de aguas, y su majestad hacía relumbrar la tierra. 3 Y tuve una visión semejante a aquella que yo había tenido cuando el Señor vino para destruir la ciudad, y su semblante era conforme a la imagen que yo había visto cerca del río Cobar, y me postré sobre mi rostro.

4 Y la majestad del Señor entró en el templo por la puerta que mira al oriente. 5 Y el espíritu me arrebató, y me llevó al atrio interior, y he aquí que el templo estaba lleno de la gloria del Señor. 6 Y oí cómo me hablaba desde la casa; y aquel varón que estaba cerca de mí,

7 me dijo: Hijo de hombre, he aquí el lugar de mi trono, y el lugar donde asentaré mis pies, y donde tendré mi morada entre los hijos de Israel para siempre. Los de la familia de Israel no profanarán ya más mi santo Nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus fornicaciones o idolatrías, con los cadáveres de sus reyes y con los oratorios en los lugares altos. 8 Ellos edificaron su puerta junto a la puerta mía, o de mi templo; y sus postes junto a los postes míos, y no había más que una pared entre mí y ellos, y profanaron mi santo Nombre con las abominaciones que cometieron; por esta causa los consumí lleno de indignación. 9 Ahora, pues, arrojen lejos de mí sus idolatrías y los cadáveres de sus reyes, y yo moraré para siempre en medio de ellos. 10 Mas tú, ¡oh hijo de hombre!, muestra a los de la casa de Israel el templo, y confúndanse de sus maldades; y midan la fábrica, 11 y avergüéncense de toda su conducta; muéstrales la figura de la casa, o del templo, las salidas y entradas del edificio y todo su diseño, y todas sus ceremonias, y el orden que debe observarse en ella, y todas sus leyes; y lo escribirás todo a vista de ellos, para que observen todo el diseño que se da de ella, y sus ceremonias, y las pongan en práctica.

12 Esta es la ley o norma de la casa que se reedificará sobre la cima del monte santo, todo su recinto alrededor es sacrosanto. Tal es, pues, la ley o arreglo en orden a esta casa.

13 Estas son las medidas del altar hechas por un codo exacto, el cual tenía un codo vulgar y un palmo. El seno o canal tenía un codo de alto y un codo de ancho; y el remate o cornisa del mismo seno, que se levanta por todo el contorno de su borde, era de un palmo, tal era el foso del altar. 14 Y desde el seno o canal que había en el pavimento hasta la base inferior del altar dos codos de alto y la anchura de un codo; y desde la base inferior hasta la boca superior había cuatro codos de alto y un codo de ancho. 15 Y el mismo Ariel tenía cuatro codos de alto; y desde el plano del Ariel se levantaban hacia arriba cuatro pirámides. 16 Y el Ariel tenía de largo doce codos y doce codos de ancho. Era un cuadrángulo de lados iguales. 17 Y el borde de su base tenía catorce codos de largo y catorce de ancho en todos sus cuatro ángulos; y alrededor del altar una cornisa de un codo, y su seno o canal de medio codo alrededor, y sus gradas miraban al oriente.

18 Y aquel ángel me dijo: Hijo de hombre, esto dice el Señor Dios: Estas son las ceremonias pertenecientes al altar para cuando será construido, a fin de que se ofrezca sobre él el holocausto y se derrame la sangre. 19 Y tú las enseñarás a los sacerdotes y a los levitas que son de la estirpe de Sadoc, y se acercan a mi presencia, dice el Señor Dios, para ofrecerme un becerro de la vacada por el pecado. 20 Tomarás tú de su sangre y echarás sobre los cuatro remates del altar, y sobre los cuatro ángulos de la basa, y sobre la cornisa alrededor, y así purificarás y expiarás el altar. 21 Y tomarás aquel becerro ofrecido por el pecado, y lo quemarás en un lugar separado de la casa, o templo, fuera del santuario. 22 Y en el segundo día ofrecerás un macho cabrío sin defecto, por el pecado; y se purificará el altar, como se purificó con el becerro. 23 Y así que hayas acabado de purificarlo, ofrecerás un becerro de la vacada sin defecto, y un carnero de rebaño también sin defecto. 24 Y los ofrecerás en la presencia del Señor; y los sacerdotes echarán sal sobre ellos, y los ofrecerán en holocausto al Señor. 25 Por siete días ofrecerás diariamente un macho cabrío por el pecado; y un becerro de la vacada, y un carnero de rebaño, todos sin defecto. 26 Por siete días expiarán el altar, y lo purificarán, y lo consagrarán. 27 Cumplidos los días, en el día octavo, y en adelante, los sacerdotes inmolarán vuestros holocaustos y las víctimas pacíficas. Y yo me reconciliaré con vosotros, dice el Señor Dios.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas