ESTAS son las últimas palabras proféticas de David. Dijo David, hijo de Isaí: Dijo el varón a quien fue dada palabra o promesa del cristo o ungido del Dios de Jacob ; dijo el egregio cantor de Israel:

2 El espíritu del Señor habló por mí, su palabra ha estado sobre mi lengua. 3 Es el Dios de Israel que me ha hablado; el fuerte de Israel es quien habla; el dominador de los hombres, el justo dominador de los que temen a Dios. 4 Ellos erán como la luz de la aurora que brilla por la mañana cuando sale el sol sin nube alguna; y como hierba que brota de la tierra después de la lluvia. 5 No mereció ciertamente mi casa a los ojos de Dios, que el Señor hiciese conmigo una alianza eterna, una alianza firme y del todo inmutable. Porque él me ha salvado de todos los peligros; ha cumplido todos mis deseos, no dejándome nada que apetecer. 6 Mas los transgresores de la ley serán desarraigados todos como espinas a las cuales nadie toca con la mano, 7 sino que se arma o cubre de hierro o toma un asta de lanza, y mete fuego en ellas para abrasarlas y reducirlas a la nada.

8 Estos son los nombres de los valientes del reinado de David: Jesbaam, el que está sentado en cátedra, sapientísimo príncipe entre los tres más distinguidos; aunque parece débil y delicado como el tierno gusanillo que roe el madero, él fue el que mató en un solo choque a ochocientos hombres.

9 Después de éste fue Eleazar, ahohita, hijo de su tío paterno, uno de los tres valientes que estaban con David, cuando le insultaban los filisteos, reunidos allí en Jesdomín para dar la batalla; 10 y huyendo los israelitas, Eleazar se mantuvo firme, y estuvo hiriendo a los filisteos hasta que, cansado su brazo, se quedó yerto con la espada en la mano. El Señor concedió aquel día una gran victoria. Y la tropa que había huido, volvió para recoger los despojos de los muertos. 11 El tercero fue Semma, hijo de Age de Arari. Se juntaron un día los filisteos en un apostadero donde había un campo sembrado de lentejas; y habiendo huido el ejército por miedo a los filisteos, 12 él se plantó en medio del campo y lo defendió, derrotando a los filisteos; y lo hizo Dios conseguir una gran victoria.

13 Ya tiempo antes estos tres que eran los principales entre los treinta habían salido a reunirse con David al tiempo de la siega en la cueva de Odollam; estando los filisteos acampados en el valle de los Gigantes.

14 David estaba en un puesto fuerte, y por entonces los filisteos tenían guarnición en Betlehem.

15 Dijo, pues, David con mucho anhelo: ¡Ah! ¡si alguno me diera a beber agua de aquella cisterna que hay en Betlehem junto a la puerta! 16 Al punto estos tres valientes atravesaron el campamento de los filisteos, fueron a sacar agua de la cisterna que hay en Betlehem junto a la puerta, y se la trajeron a David; pero David no quiso beberla, sino que hizo libación de ella, o la derramó, en obsequio del Señor, 17 diciendo: Dios me libre de tal cosa. ¿Y yo bebería la sangre de estos hombres que han ido a exponer su vida? No quiso, pues, beberla. Tal acción hicieron esos tres valientes.

18 Asimismo Abisai, hermano de Joab e hijo de Sarvia, era el principal entre los tres valientes del segundo ternario. Este es el que enristró su lanza contra trescientos y los mató; él era famoso entre los tres, 19 y entre los tres el de mayor reputación y el principal de ellos; mas no igualó a los tres primeros. 20 El segundo fue Banaías, hijo de Joíada, varón fortísimo, de grandes hazañas, natural de Cabseel; éste destrozó a los dos terribles leones de Moab; y en tiempo de una nevada bajó a una cisterna, y allí mató a un fuerte león. 21 Este mismo quitó la vida a un egipcio, varón de prodigiosa estatura, que tenía una lanza en la mano. Yendo, pues, contra él, con un palo, le arrancó a viva fuerza la lanza de la mano, y lo mató con ella. 22 Esto hizo Banaías, hijo de Joíada, 23 famoso entre los tres campeones, que eran los más ilustres de los treinta. Sin embargo, no igualaba a los tres primeros; y David le hizo su consejero y secretario.

24 Entre los treinta se contaban Asael, hermano de Joab, Eleanán de Betlehem, hijo de un tío paterno de Asael; 25 Semma de Harodi; Elica de Harodi; 26 Helés de Falti; Hira de Tecua, hijo de Acces; 27 Abiecer de Anatot; Mobonnai de Husati; 28 Selmón de Ahot; Maharai de Netofat; 29 Heled, hijo de Baana, que también era de Netofat; Itai, hijo de Ribai, de Gabaat de los hijos de Benjamín; 30 Banaía de Faratón; Heddai del Torrente de Gaas; 31 Abialbón de Arbat; Azmavet de Beromi; 32 Eliaba de Salaboni; Jonatán de los hijos de Jasén; 33 Semma de Orori; Ayam de Aror, hijo de Sarar; 34 Elifelet, hijo de Aasbai, hijo de Macati; Eliam de Gelón, hijo de Aquitofel; 35 Hesrai del Carmelo; Farai de Arbi; 36 Igaal de Soba, hijo de Natán; Boni de Gadi; 37 Selec de Ammoni; Naharai de Berot, escudero de Joab, hijo de Sarvia; 38 Ira de Jetrit; Gareb, también jetrita; 39 Urías, heteo. En todos treinta y siete.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas