PERO en cuanto al tiempo y al momento de esta segunda venida de Jesucristo, no necesitáis, hermanos míos, que os escriba; 2 porque vosotros sabéis muy bien que como el ladrón de noche, así vendrá el día del Señor.

3 Pues cuando los impíos estarán diciendo que hay paz y seguridad, entonces los sobrecogerá de repente la ruina, como el dolor de parto a la que está encinta, sin que puedan evitarla. 4 Mas vosotros, hermanos, no vivís en las tinieblas del pecado, para que os sorprenda como ladrón aquel día; 5 puesto que todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día; no lo somos de la noche ni de las tinieblas. 6 No durmamos, pues, como los demás, antes bien estemos en vela, y vivamos con templanza. 7 Pues los que duermen, duermen de noche, y los que se embriagan, de noche se embriagan. 8 Nosotros que somos hijos del día, o de la luz de la fe, vivamos en sobriedad, vestidos de cota de fe y de caridad, y teniendo por casco la esperanza de la salud eterna;

9 porque no nos ha puesto Dios para blanco de venganza, sino para hacernos adquirir la salud por nuestro Señor Jesucristo, 10 el cual murió por nosotros, a fin de que ora velando, ora durmiendo, vivamos con él. 11 Por lo cual consolaos mutuamente, y edificaos los unos a los otros, como ya lo hacéis.

12 Asimismo, hermanos, os rogamos que tengáis especial consideración a los que trabajan entre vosotros, y os gobiernan en el Señor, y os instruyen, 13 dándoles las mayores muestras de caridad por sus desvelos; conservad la paz con ellos. 14 Os rogamos también, hermanos, que corrijáis a los inquietos, que consoléis a los pusilánimes, que soportéis a los flacos, que seáis pacientes con todos. 15 Procurad que ninguno vuelva a otro mal por mal; sino tratad de hacer siempre bien unos a otros, y a todo el mundo.

16 Vivid siempre alegres. 17 Orad sin intermisión.

18 Dad gracias por todo al Señor; porque esto es lo que quiere Dios que hagáis todos en nombre de Jesucristo. 19 No apaguéis el Espíritu de Dios. 20 No despreciéis las profecías, apreciadlas. 21 Examinad, sí, todas las cosas, y ateneos a lo bueno y conforme a la buena nueva. 22 Apartaos aun de toda apariencia de mal. 23 Y el Dios de la paz os haga santos en todo, a fin de que vuestro espíritu entero, con alma y cuerpo se conserven sin culpa para cuando venga nuestro Señor Jesucristo. 24 Fiel es el que os llamó, y así lo hará como lo ha ofrecido.

25 Hermanos míos, orad por nosotros. 26 Saludad a todos los hermanos con el ósculo santo. 27 Os conjuro por el Señor, que se lea esta carta a todos los santos hermanos. 28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas