LA mujer prudente edifica o realza su casa; la necia, aún la ya edificada, la destruirá con sus manos. 2 El que va por el camino derecho y teme a Dios, es despreciado por el que anda en malos pasos.

3 En la boca del insensato está la vara o el castigo de su soberbia; mas a los sabios le sirve de guarda la modestia de sus labios.

4 Donde faltan los bueyes para arar, están vacías las trojes y sin paja los pesebres; donde abundan las mieses, allí se ve claramente la fuerza y trabajo del buey.

5 No miente el testigo fiel; el testigo falso no profiere más que mentiras.

6 Busca el mofador la sabiduría, y no la encuentra; el hombre prudente se instruye fácilmente. 7 Toma tú un rumbo opuesto al que sigue el insensato; no conoce éste los dictámenes de la prudencia. 8 La sabiduría del varón prudente está en conocer bien su camino; la imprudencia de los insensatos anda descaminada. 9 El necio se burlará o jugará con el pecado; mas la gracia morará entre los justos.

10 El corazón de cada uno es el que siente la amargura de su alma; así como en sus placeres no tiene parte el extraño.

11 La casa de los impíos será arrasada; al contrario estará floreciente la morada de los justos.

12 Un camino hay que al hombre le parece camino real y derecho, y no obstante le conduce a la muerte. 13 Mezclada anda la risa con el llanto; el término del gozo es el dolor. 14 El necio saciará sus pasiones; mas el hombre virtuoso lo pasará mejor que él.

15 El hombre sencillo e inexperto cree cuanto le dicen; pero el hombre cauto mira donde asienta su pie. Al hijo doloso nada le saldrá bien; pero el siervo prudente será afortunado en todo, y caminará felizmente. 16 Teme el sabio y se desvía del mal; pero el insensato pasa adelante y se presume seguro. 17 El hombre impaciente obra como loco; y el solapado se hará odioso. 18 Los imprudentes tendrán por herencia la necedad; y los juiciosos la esperanza de la ciencia.

19 A los pies de los buenos yacerán algún día los malos, y los impíos ante las puertas de los justos.

20 El pobre es enojoso aún a sus mismos deudos; mas los ricos tienen muchos amigos. 21 Peca a quien a su prójimo menosprecia; pero el que del pobre se compadece será bienaventurado. Quien cree en el Señor, ama la misericordia. 22 Errados van los que obran el mal; la misericordia y la verdad son las que nos acarrean bienes.

23 De toda ocupación se saca provecho; pero del mucho hablar, sólo miseria.

24 Las riquezas le sirven a los sabios de corona de gloria; la sandez de los necios es imprudencia.

25 El testigo fiel salva la vida de los calumniados; el doloso profiere mentiras, y pierde a los hombres.

26 En el temor del Señor se haya la firme esperanza; en ella vivirán sus hijos. 27 El temor del Señor es una fuente de vida para librarse de la ruina de la muerte.

28 En la muchedumbre del pueblo está la gloria y poder de un rey; la escasez de gente es deshonor del príncipe.

29 Quien es sufrido, se gobierna con mucha prudencia; pero el impaciente pone de manifiesto su necedad. 30 El corazón sano da vida al cuerpo; mas la envidia es carcoma de los huesos.

31 Quien insulta al necesitado, insulta a su Creador, así como le honra quien se compadece del pobre.

32 Desechado de Dios será el impío por causa de su malicia, mas el justo aun en su muerte conserva la esperanza.

33 La sabiduría reside en el corazón del hombre prudente, y ella iluminará a todo ignorante.

34 La justicia es la que engrandece las naciones; pero el pecado hace desdichados los pueblos.

35 El ministro entendido se gana la voluntad del rey; mas el inepto incurrirá en su enojo.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas