EN consecuencia Roboam partió a Siquem; porque había concurrido allí todo Israel para reconocerle por rey.

2 Lo que oído por Jeroboam, hijo de Nabat, que se hallaba en Egipto (a donde se había refugiado huyendo de Salomón ), al punto dio la vuelta. 3 Y lo enviaron a llamar; y uniéndose con todo Israel, fueron y hablaron a Roboam en estos términos: 4 Tu padre nos oprimió con un yugo durísimo; sea tu gobierno más suave que el de tu padre, el cual impuso una pesada esclavitud; alívianos un poco la carga, si quieres que te sirvamos. 5 Respondió Roboam: Volved a mí de aquí a tres días. Retirado el pueblo, 6 tuvo consejo con los ancianos que habían estado alrededor de su padre Salomón mientras vivía, y les dijo: ¿Qué me aconsejáis que responda al pueblo? 7 Los ancianos le contestaron: Si acaricias a este pueblo, y lo aplacas con palabras dulces, ellos serán tus vasallos perpetuamente. 8 Mas Roboam no hizo caso del consejo de los ancianos; y comenzó a tratar la cosa con los jóvenes que se habían criado con él, y le hacían la corte; 9 y les dijo: ¿Qué os parece? ¿Y qué debo yo responder a este pueblo, que me ha venido a decir: Aligéranos el yugo que nos impuso tu padre? 10 Pero ellos, como mozos, y criados con él entre delicias, le respondieron, diciendo: A este pueblo que te ha dicho: Tu padre agravó nuestro yugo, aligeránosle tú; le has de hablar así y darle esta respuesta: Mi dedo meñique es mucho más grueso que los lomos de mi padre. 11 Mi padre cargó sobre vosotros un yugo pesado; pues yo os añadiré mayor peso; mi padre os azotó con varas, y yo os azotaré con escorpiones.

12 Volvió, pues, Jeroboam con todo el pueblo al tercer día a Roboam, como éste se lo había mandado. 13 Y el rey, desechado el consejo de los ancianos, les respondió con dureza; 14 y les dijo, conforme al parecer de los jóvenes: Mi padre cargó sobre vosotros un yugo pesado, y yo lo agravaré más; mi padre os azotó con varas, mas yo he de azotaros con escorpiones. 15 Y no quiso condescender con los ruegos del pueblo; por ser voluntad de Dios que se cumpliese su palabra, anunciada por boca de Ahías silonita a Jeroboam, hijo de Nabat.

16 Entonces todo el pueblo, al oír la respuesta tan dura del rey, le habló así: Nosotros nada tenemos que ver con la casa de David; ni nada que esperar del hijo de Isaí. Retírate, oh Israel, a tus habitaciones; y tú Roboam, hijo de David, rige tu casa. Y se retiró Israel a sus habitaciones. 17 Y Roboam quedó reinando sobre los hijos de Israel que moraban en las ciudades de la tribu de Judá. 18 Envió después el rey Roboam a Aduram, superintendente de los tributos. Mas los hijos de Israel lo apedrearon y fue muerto. En vista de lo cual el rey Roboam montó apresuradamente en su carroza, y huyó a Jerusalén . 19 Desde entonces se separó Israel de la casa de David como lo está en el día de hoy.
Padre
Hijo
Espíritu Santo
Ángeles
Satanás
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Ilustración
Atlas